Las relaciones sociales y la interacción: componentes que diferencian las Redes sociales
Como es sabido de todos, los individuos en esta sociedad están vinculados mediante dos tipos de conexiones principales: "a las colectividades porque de alguna manera se es miembro de ellas y a los otros individuos, por su relaciones sociales". De esta forma, sustituye una red personal, un mapa mínimo compuesto por los amigos de la vereda, del barrio o el parche, etc.; y una red social, formal y/o informal, al unir o "agenciar" por su conducto las unidades o grupo sociales están vinculadas a él, como la unidad familiar, el equipo trabajo, el gremio, la comunidad religiosa, entre otros.
En esta perspectiva es importante entonces aproximarnos a la forma de relacionarnos con nuestra comunidad. Según los planteamientos generales de los estudios sobre el ciclo de vida[1] en las sociedades contemporáneas se considera que la vinculación del individuo a la sociedad se establece a través de algunas segmentaciones principales:
En esta perspectiva es importante entonces aproximarnos a la forma de relacionarnos con nuestra comunidad. Según los planteamientos generales de los estudios sobre el ciclo de vida[1] en las sociedades contemporáneas se considera que la vinculación del individuo a la sociedad se establece a través de algunas segmentaciones principales:
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1. La familia
2. La escuela
3. La comunidad
4. El grupo de producción
5. La vinculación profesional
6. Las asociaciones religiosas o recreativas y
7. Los servicios sociales del Estado.
Con el análisis de estas segmentaciones, se puede reconocer: la condición del individuo arraigado en su sistema social, la distribución de su tiempo, los beneficios que puede demandar del orden social, sus obligaciones respecto del mismo y sobre todo, permite saber quiénes son las personas que influyen, así como el enlace de su influencia. Todas estas relaciones, tomadas en conjunto, definen algunos niveles básicos de análisis que las investigaciones realizadas con este tipo de análisis, hasta los años 80, no tuvieron en cuenta.
La principal característica de la vida contemporánea es ser predominantemente urbana. Esta cualidad ha sido centro de atención del análisis de redes en los últimos años, sin que yo obedezca a una definición y separación tajante con los límites precisos de la vida rural y la vida urbana.
Desde un punto de vista sociológico, la vida urbana o rural está compuesta por situaciones y relaciones, puesto que todos participamos en interacciones cotidianas con otros individuos, contínua u ocasionalmente. En éstas situaciones buscamos "una cierta gama" de objetivos. De esta manera podemos considerar que nuestro concurso en cada uno de las situaciones consiste en "participaciones situacionales intencionadas". Son intencionadas, "en el sentido, de que hayan o no entrado individuos en las situaciones voluntariamente, su conducta está guiada por alguna idea de lo que quieren o no quieren que ocurra con ellas". De la misma manera las relaciones surgen cuando un individuo influye en el comportamiento de uno o más de los otros individuos que participan en la situación, o cuando es influido por el comportamiento de ellos, o bien cuando influye y es influido a la vez. Es en esta dirección, que la conducta visible se convierte en una dimensión de la participación situacional, puesto que incluso, "cuando las intenciones se filtran a través de las normas para llegar a la acción, las intenciones mismas surgen contra el fondo de experiencia más amplio”.[2]
De este modo, nuestra percepción y conocimiento dirigen el comportamiento, está participación situacional también implica las experiencias con las que retroalimentamos tal percepción y conocimiento: la historia vital del individuo, su trayectoria personal en sociedad. Además de lo anterior, "la gente reacciona no sólo al hecho de estar cerca, sino a estar cerca de tipos particulares de personas". Esto puede ser el simple resultado de las posibilidades de acceso al contexto y a la diversidad sociocultural que representa el ámbito urbano. En este sentido, encontramos diferentes modos de reconocer y definir esta diversidad, desde lo procesal "hasta la más ínfima forma de la naturaleza de nuestras ocupaciones y prácticas". El hombre es un animal segmentado. Puesto que "estamos segmentarizados por todas partes y en todas las direcciones. La segmentariedad es una característica de todos los estratos que nos componen. Habitar, circular, trabajar, jugar: lo vivido esta segmentarizado espacial y socialmente"
Estos modos de interacción no coinciden completamente con la noción de derechos y deberes claramente definidos por la sociedad a través de sus leyes, puesto que muchas de las actividades que desarrollamos no están normatizadas; esto es lo que permite el uso de categorías para nombrar las actividades cotidianas; los usuarios del mercado, el tipo interacciones sociales regulares entre quien conduce un vehículo de servicio público y sus usuarios, entre otros. En estas categorías generadas conscientes o inconscientemente son discernibles clasificaciones y jerarquías en varios niveles, a través del estudio comportamiento de las personas, de sus relaciones, situaciones de interacciones; y consecuentemente de los sistemas culturales y estructuras políticas, económicas o sociales que constituyen.
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[1] Andreson, Michael. Sociología de la familia. FCE, México, 1980.
[2] Hannerz U., op cit.
2. La escuela
3. La comunidad
4. El grupo de producción
5. La vinculación profesional
6. Las asociaciones religiosas o recreativas y
7. Los servicios sociales del Estado.
Con el análisis de estas segmentaciones, se puede reconocer: la condición del individuo arraigado en su sistema social, la distribución de su tiempo, los beneficios que puede demandar del orden social, sus obligaciones respecto del mismo y sobre todo, permite saber quiénes son las personas que influyen, así como el enlace de su influencia. Todas estas relaciones, tomadas en conjunto, definen algunos niveles básicos de análisis que las investigaciones realizadas con este tipo de análisis, hasta los años 80, no tuvieron en cuenta.
La principal característica de la vida contemporánea es ser predominantemente urbana. Esta cualidad ha sido centro de atención del análisis de redes en los últimos años, sin que yo obedezca a una definición y separación tajante con los límites precisos de la vida rural y la vida urbana.
Desde un punto de vista sociológico, la vida urbana o rural está compuesta por situaciones y relaciones, puesto que todos participamos en interacciones cotidianas con otros individuos, contínua u ocasionalmente. En éstas situaciones buscamos "una cierta gama" de objetivos. De esta manera podemos considerar que nuestro concurso en cada uno de las situaciones consiste en "participaciones situacionales intencionadas". Son intencionadas, "en el sentido, de que hayan o no entrado individuos en las situaciones voluntariamente, su conducta está guiada por alguna idea de lo que quieren o no quieren que ocurra con ellas". De la misma manera las relaciones surgen cuando un individuo influye en el comportamiento de uno o más de los otros individuos que participan en la situación, o cuando es influido por el comportamiento de ellos, o bien cuando influye y es influido a la vez. Es en esta dirección, que la conducta visible se convierte en una dimensión de la participación situacional, puesto que incluso, "cuando las intenciones se filtran a través de las normas para llegar a la acción, las intenciones mismas surgen contra el fondo de experiencia más amplio”.[2]
De este modo, nuestra percepción y conocimiento dirigen el comportamiento, está participación situacional también implica las experiencias con las que retroalimentamos tal percepción y conocimiento: la historia vital del individuo, su trayectoria personal en sociedad. Además de lo anterior, "la gente reacciona no sólo al hecho de estar cerca, sino a estar cerca de tipos particulares de personas". Esto puede ser el simple resultado de las posibilidades de acceso al contexto y a la diversidad sociocultural que representa el ámbito urbano. En este sentido, encontramos diferentes modos de reconocer y definir esta diversidad, desde lo procesal "hasta la más ínfima forma de la naturaleza de nuestras ocupaciones y prácticas". El hombre es un animal segmentado. Puesto que "estamos segmentarizados por todas partes y en todas las direcciones. La segmentariedad es una característica de todos los estratos que nos componen. Habitar, circular, trabajar, jugar: lo vivido esta segmentarizado espacial y socialmente"
Estos modos de interacción no coinciden completamente con la noción de derechos y deberes claramente definidos por la sociedad a través de sus leyes, puesto que muchas de las actividades que desarrollamos no están normatizadas; esto es lo que permite el uso de categorías para nombrar las actividades cotidianas; los usuarios del mercado, el tipo interacciones sociales regulares entre quien conduce un vehículo de servicio público y sus usuarios, entre otros. En estas categorías generadas conscientes o inconscientemente son discernibles clasificaciones y jerarquías en varios niveles, a través del estudio comportamiento de las personas, de sus relaciones, situaciones de interacciones; y consecuentemente de los sistemas culturales y estructuras políticas, económicas o sociales que constituyen.
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[1] Andreson, Michael. Sociología de la familia. FCE, México, 1980.
[2] Hannerz U., op cit.
Las redes sociales y las cartografías de lo posible
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Delimitar una red como expresión formal de un conjunto, como totalidad real o virtual del conglomerado humano, es redimensionar una realidad social, con soporte en un ámbito de conocimiento cuyas manifestaciones particulares son producto de valores, categorías y grados estratificados construidos socialmente. Es una labor en la que se adoptan referentes significativos, lenguajes y lógicas particulares con las que podemos comprender las cercanías y distancias con el mundo exterior, con las entidades físicas y sus propiedades incluyendo a los "otros" hombres; es decir, ubicar la dispersión y la movilidad de nuestras relaciones , de los ámbitos socioculturales en que nos desenvolvemos. Son "ámbitos cognitivos" que posibilitan la exploración de diversas "lógicas culturales"; “discursos" y "epístemes";[3] formas de organización social; múltiples "conocimientos locales";[4] "racionalidades"; "imaginario sociales";[5] "representaciones sociales"; y "formas de entendimiento cultural".[6]
En el plano de la lógica, el concepto de "red social"[7] designa la integración de un conjunto de fenómenos y procesos que pertenecen al mundo observable, susceptibles de ser descritos y analizados mediante un sistema teórico. Nos referimos tanto conjunto de independencias entre sus partes, elementos y procesos, cuyas regularidades y relaciones internas son discernibles, como a un tipo semejante de mutua independencia entre el conjunto y el ambiente que los rodea. Esto se debe a que cualquier regularidad de las relaciones se explica mejor si tenemos en cuenta todo el conjunto de interdependencias múltiples y complejas del que forman parte.
De la misma manera que esta distribución de conceptos distinguen unos modelos de otros, los vínculos sociales que permiten el desarrollo de la experiencia de vida, constituyen nudos y tramas, que han podido ser concedidos y distinguidos como redes de un vasto tejido social. Estas redes conforman, mediante una representación analítica, una especie frontera entre el individuo y la comunidad/sociedad, entre su identidad y alteridad social, entre los sujetos que constituyen su conjunto social como sistema aparentemente natural y el sistema social general.
En el plano de la lógica, el concepto de "red social"[7] designa la integración de un conjunto de fenómenos y procesos que pertenecen al mundo observable, susceptibles de ser descritos y analizados mediante un sistema teórico. Nos referimos tanto conjunto de independencias entre sus partes, elementos y procesos, cuyas regularidades y relaciones internas son discernibles, como a un tipo semejante de mutua independencia entre el conjunto y el ambiente que los rodea. Esto se debe a que cualquier regularidad de las relaciones se explica mejor si tenemos en cuenta todo el conjunto de interdependencias múltiples y complejas del que forman parte.
De la misma manera que esta distribución de conceptos distinguen unos modelos de otros, los vínculos sociales que permiten el desarrollo de la experiencia de vida, constituyen nudos y tramas, que han podido ser concedidos y distinguidos como redes de un vasto tejido social. Estas redes conforman, mediante una representación analítica, una especie frontera entre el individuo y la comunidad/sociedad, entre su identidad y alteridad social, entre los sujetos que constituyen su conjunto social como sistema aparentemente natural y el sistema social general.
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[3] Foucault, Michael. Las palabras y las cosas, Brugera, Barcelona, 1987.
[4] Geetz, Cliford. El conocimiento local. Gedisa editorial, Barcelona, 1996.
[5] Backso, Bronislaw. Los imaginarios sociales: memorias y esperanzas colectivas. Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires, 1991.
[6] Rosaldo, Renato. Cultura de verdad. Grijalbo Editorial, México, 1980.
[7] Sluzki C., op. cit.
[3] Foucault, Michael. Las palabras y las cosas, Brugera, Barcelona, 1987.
[4] Geetz, Cliford. El conocimiento local. Gedisa editorial, Barcelona, 1996.
[5] Backso, Bronislaw. Los imaginarios sociales: memorias y esperanzas colectivas. Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires, 1991.
[6] Rosaldo, Renato. Cultura de verdad. Grijalbo Editorial, México, 1980.
[7] Sluzki C., op. cit.